El socialista David Sassoli, que llevaba siendo Eurodiputado desde 2009 y ya había sido vicepresidente del Parlamento en la anterior legislatura, se impuso en la segunda votación con un respaldo de 345 votos de los 667 eurodiputados que emitieron su dictamen, superando por 13 la mayoría absoluta necesaria para acceder al cargo.
Su elección como Presidente de este organismo le convierte en el más alto representante de la institución, y le otorga tareas de regulación durante los debates, el control de los trabajos del Pleno y la supervisión de que todas las acciones del Parlamento se realicen de acuerdo a los respectivos reglamentos. Este cargo, y estas responsabilidades, le serán confiadas durante dos años y medio, o la mitad de una legislatura, que es lo que dura el mandato de este puesto. El siguiente presidente, sin embargo, será elegido por el Partido Popular Europeo, que apoyó a Sassoli a cambio de ser el responsable de nombrar al próximo dirigente.
El sistema de decisión, por su parte, se basa en un proceso democrático en el que los candidatos deben contar con el apoyo de un grupo político de un mínimo de 38 eurodiputados. Posteriormente, a través de una votación secreta, será presidente aquel que obtenga la mayoría absoluta de los votos emitidos (ésto es la mitad más uno). Si ningún candidato logra esta mayoría en la primera votación se realiza una segunda con las mismas normas.
En el caso de Sassoli, el socialista se enfrentó a otros tres candidatos, el alemán Ska Keller de los Verdes, la española Sira Rego, de Izquierda Unitaria Europea y el checo Jan Zahradil, del partido de los Conservadores y Reformistas por Europa, que fue el segundo en votos.
La elección de este candidato se alcanza en momentos de gran tensión para la cámara, que se enfrenta a distintos frentes, como la intromisión del Consejo Europeo en sus posturas y toma de decisiones, la llegada de partidos de ultraderecha o la omnipresente amenaza de la materialización del Brexit.
El ahora presidente, que ocupará la presidencia de la Cámara hasta enero de 2022, describió, en su breve discurso previo a las votaciones, que su principal objetivo durante este mandato será “ejercer mejor la función legislativa de equilibrio, de control y de dirección política”. Sassoli afirmaba también que quería ser representante de todos los Eurodiputados, mostrando “sus diferencias, capacidad de decidir y de reafirmar la centralidad del Parlamento, su autonomía y el valor de la democracia”, que según él, todos representan, teniendo como último objetivo, “construir de verdad la casa de la democracia europea”.
Este candidato, que comenzó su carrera como periodista en la televisión pública italiana, siempre se ha descrito como un firme defensor de las instituciones europeas y de la independencia y libertad de decisiones del Parlamento. Sin embargo, su propio cargo no está exento de polémica al tratarse de una postura que seguía la corriente de las indicaciones de Donald Tusk, Presidente del Consejo Europeo, que apostaba porque el Parlamento eligiera a un dirigente socialista.
El Consejo Europeo, un organismo creado (o formalizado) en 2009, reúne a los veintiocho jefes de Estado o de Gobierno de los países miembros de la Unión Europea, y se encuentra, en ocasiones, en un sutil pulso con el resto de las grandes cámaras (Comisión Europea y Consejo de la Unión Europea), por la toma de decisiones y dirección de las políticas realizadas.
No obstante, como recordaba previamente a las votaciones el ahora expresidente del Parlamento europeo, y también italiano, Antonio Tajani “el Parlamento es una institución independiente y autónoma“.